La evaluación de daños en Madrid alcanza los 1.350 millones mientras Sánchez racanea la zona catastrófica
Más de 1.350 millones de euros. Ese es el daño sufrido por Madrid por culpa del temporal Filomena y que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, considera que no debe ser cubierto porque no ve daños suficientes como para calificar a Madrid zona catastrófica. Y ese es el daño que detalla este jueves la evaluación indiciaria realizada por el Ayuntamiento de Madrid y que Pedro Sánchez racanea porque se trata de un feudo gobernado por el PP.
OKDIARIO ha accedido a los detalles del informe de evaluación del Ayuntamiento de Madrid sobre los daños provocados a causa de las nevadas históricas sufridas en la capital de España. Hay que tener en cuenta que esa valoración subirá a buen seguro con los informes que se incorporen por parte de otros ayuntamientos de la Comunidad de Madrid.
Y la suma final de esa valoración del Consistorio de la capital de España ronda los 1.350 millones de euros. Entre las grandes partidas de este estudio figura una con mayúsculas: la de los daños económicos provocados por el parón obligatorio de la actividad. Esta partida se eleva a cerca de 1.000 millones. A éstos hay que sumar una primera aproximación de los daños materiales que ascendería a 350 millones y costes ocasionados por la nevada, suspension de servicios públicos esenciales con mas de 30.000 citas suspendidas; unos 125.000 usuarios afectados por la paralización de los servicios; actividades culturales y deportivas y 500.000 alumnos con las clases suspendidas.
Pero esta cifra debe ser mayor porque todavía se tiene que estudiar el impacto en los bienes privados. Se trata de un punto especialmente delicado, y es que es el que debe abrir la puerta a que los madrileños puedan reclamar la compensación de los daños sufridos en su actividad económica diaria por culpa de las nevadas y el hielo. Un colectivo como el de los autónomos -con escasa, o nula, cobertura frente a este tipo de parones- puede ser el principal beneficiado de esta partida en caso de ser aceptada por el Gobierno.
Otras dos de las grandes partidas incluidas son el asfaltado y los árboles. Los daños en el asfaltado se elevan hasta los 110 millones. Y los producidos en la masa arbórea de la capital escala hasta los 15 millones.
Todo un listado que deja sin argumentos al Gobierno en su pelea por no declarar a Madrid zona catastrófica. Y que evidencia que la persecución política del PSOE al PP en esta comunidad, unida a la situación de falta de fondos en la que se sume España tras haberse convertido en el país industrializado con mayor desastre económico por el coronavirus y la gestión del Gobierno socialcomunista, se perfilan como los principales argumentos para justificar la insistencia de Sánchez en resistirse a la declaración de Madrid como zona catastrófica tras el paso de Filomena.
El doble de lo previsto
Los cálculos iniciales apuntaron a unos daños de, al menos, 500 millones de euros, tal y como informó OKDIARIO. Ese valoración se realizó con el simple repaso visual de la ciudad el pasado lunes, lo que evidenciaba que la valoración final ascendería de forma notable. Y así lo ha hecho.
Las estimaciones oficiales de los daños provocados por Filomena en la Comunidad de Madrid han ido avanzando. Pero varios parámetros han permitido durante todo este tiempo realizar una estimación de costes obvia que el Ejecutivo de Sánchez no quería admitir.
Fuentes conocedoras de estas estimaciones realizadas durante estos días señalan que el Gobierno siempre ha sabido que los daños serían elevados “porque hay dos referencias cercanas muy claras: por ejemplo, la gota fría de 2019 llevó a que el Gobierno de Pedro Sánchez aprobase inicialmente ayudas por importe de 746 millones de euros. Y tan sólo la Comunidad Valenciana estimó unas pérdidas de 1.500 millones”. Las mismas fuentes señalan que “era imposible que el importe en Madrid no superase los 500 millones de euros simplemente con lo que se observaba a primera vista”.
Ese pago es la clave de esta discusión. Y es el motivo real por el que el Gobierno de Sánchez e Iglesias se ha mostrado reticente desde el primer momento a declarar zona catastrófica a Madrid. Porque no tienen ninguna intención de dar un balón de oxígeno al principal feudo del PP en España. Las imágenes del impacto del paso del temporal Filomena no dejaban lugar a dudas desde el primer día. Pero la política y las finanzas, sí.
El Gobierno central no sabe de dónde sacar ese dinero en un momento en el que la UE le pisa los talones por el optimismo de los Presupuestos presentados. A ello se une, en caso de encontrar una inesperada hucha o vía de financiación, que ni PSOE ni Podemos tienen la más mínima intención de auxiliar a Madrid financieramente.
Daños por la DANA
Hay que recordar que esa declaración de zona catastrófica implica la aceptación por parte del Ejecutivo nacional de que se trata de un área afectada gravemente por una emergencia de protección civil. Resultaba difícil poner en duda ese aspecto. Pero, por lo visto, para el Gobierno, no fue tan difícil de sostener.
Esa declaración supone un chorro de ayudas económicas: pagos a particulares por los daños ocasionados en viviendas y enseres de primera necesidad, ayudas a negocios y establecimientos industriales, paquetes financieros para empresas y servicios, o subvenciones para compensar los daños ocasionados en infraestructuras municipales o autonómicas. Todo ello es la consecuencia de aceptar esa declaración de zona catastrófica. Es decir: pagos procedentes del erario nacional.
Ello, sin contar con las ayudas fiscales: exenciones en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), rebajas en el Impuesto sobre Actividades Económicas, reducciones de tasas, etc. Es más, las ayudas concedidas por daños personales quedan libres del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Esa declaración se ha adoptado en España en innumerables ocasiones. Sin ir más lejos, el pasado 20 de septiembre de 2019 se aprobó, en Consejo de Ministros, la declaración de zona catastrófica en diversos territorios por las inundaciones de Orense y Navarra, por los incendios en Tarragona, Madrid, y Gran Canaria, o por la DANA.
Pero ahora, por lo visto, Sánchez prefiere racanear las ayudas. Y es que una parte más que significativa de ellas iría a parar a Madrid, justo la comunidad que mantiene sus deseos de llevar a cabo rebajas de impuestos por su mayor ritmo económico. Y esa comparativa con la gestión de Pedro Sánchez no es del agrado del presidente del Gobierno, algo que ya ha dejado más que claro al declarar la guerra fiscal abierta a Díaz Ayuso para pretender obligarla a tener que subir los impuestos de Sucesiones, Donaciones y Patrimonio.